martes, 26 de febrero de 2008

Julio Fonzo: el último de los Sabis

Para quienes no conocen a Julio Fonzo se trata de un artista plástico con todas las letras, ganador del premio Lobo de Mar por su trayectoria. Nació en Santiago de Estero pero vive en Mar del Plata hace muchos años. Hace treinta y dos que trabaja sistemáticamente en el arte, pero tuvo acercamientos desde niño admirando las obras de Spilimbergo y Berni que su tío tenía en el living de la casa. Estuvimos en su taller intentando descubrir las respuestas a su obra, pero nos encontramos frente a más preguntas que sin duda la hacen más interesante. “Yo soy fiel a mí mismo, no sigo una corriente determinada, con lo cuál es difícil encajar en el circuito”, afirmó Fonzo luego de remarcar a Castagnino, Carlos Alonso, Spilimbergo y Picasso como sus mayores referentes. La obra Julio Fonzo intentó ser colocada dentro de diversos rótulos. Están aquellos que la consideran surrealista, otros que la pretenden onírica, y los que la suponen fantástica y hasta mística. En sí la obra es una mezcla de todo esto sumado a que se trata de un artista temático. Es decir, que él profundiza en cada uno de los temas a los que se aboca. Es por este motivo, que sus obras en general se presentan como series. Uno de los casos representativos es el de Astor Piazzolla. Fonzo construyó una obra del bandoneonísta que pasa por todas las técnicas artísticas. En su taller aparece la figura de Astor a través del lápiz y el carbón prensado, a través de la textura y de los óleos, a través de la escultura y de la transformación total de objetos cotidianos (el caso paradigmático es el de una silla mecedora convertida en un Piazzolla con su bandoneón). Por otro lado, Julio Fonzo creó una mitología propia a través de sus seres llamados Sabis y de los denominados Barcos Pájaros. Los Sabis son una especie de duendes mucho más humanos que los de la mitología celta, apegados a la música y al mar. La palabra sabis proviene de sabio y la metáfora de los Barcos Pájaros es que para el artista la vida no es ni más ni menos que un viaje a través del cuál se va obteniendo la sabiduría. La obra está repleta de misterio y de dudas. Con mezcla de colores atractivos, la incorporación de objetos pegados en las pinturas (como por ejemplo partes del reloj de su padre) y rostros sarcásticos, la producción de Fonzo es joven, atemporal y adolescente. Trata de los temas esenciales como la vida, el movimiento, el tiempo y la búsqueda. Dentro de poco estará realizando una muestra en la que seguramente presentará la serie de Piazzolla. Ya estaremos dando los detalles desde la revista. Sin lugar a dudas, será una oportunidad perfecta para seguir admirando o empezando a conocer al último de los Sabis.

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